No es la primera vez ni seguramente la última que alguien me pregunta acerca del “archiconocido” peso ideal. Seguro que a todo el mundo le suena este concepto y es que durante muchos años en el mundillo de la nutrición, las dietas, la antropometría, … en aquellos tiempos arcaicos en los que todavía se usaba el IMC como índice predictor de sobrepeso u obesidad (nótese la ironía), era muy difundida entre los profesionales del sector y los usuarios comunes del servicio así como los “sabidillos de turno” la idea de la existencia de un supuesto peso corporal (aplicable a humanos) en el cual una persona debía situarse para que se le atribuyesen una serie de cualidades tales como:
- Ser o estar sano.
- Estar buernorro o buenorra (por desgracia el principal objetivo de la mayoría de las personas que asisten a un a consulta de nutrición, aunque según matices no menos importante)
- Tener mayor esperanza de vida que la media poblacional.
Mi respuesta es siempre la misma, pues DEPENDE…y es que bajo mi criterio y el que debería tener cualquier individuo formado en materia y que esté en su sano juicio NO EXISTE EL PESO IDEAL, sobre todo si por ellos entendemos la existencia de un número aproximado de Kg. que debe reflejar una báscula cuando nos subimos en ella. Y puede que ello te sorprenda dado el que quizá te has topado con información en distintas tablas de intervalos de peso adecuados según la estatura, la complexión, la edad o el sexo de la persona.
Son varias las razones que avalan que no se pueda declarar que sea verídico, exacto o correcto dicho concepto como que:
- El peso de una persona así como sus variaciones no dependen únicamente de un único compartimento corporal ya que no solo somos grasa sino que también fluctuamos según nuestra cantidad de masa muscular, nivel de hidratación, retención hídrica, masa ósea, por lo que, a la hora de hacer una valoración de la composición corporal de una persona es muchísimo más preciso valorar el % de grasa corporal o calcular índices que dependen de él como el IMLG (índice de masa libre de grasa)
- El peso que alguien tiene puntualmente (tenemos en cuenta que se mantiene así únicamente durante un período corto de tiempo, pongamos por ejemplo inferior a 6 meses) no es representativo ni predictor de un estado óptimo de salud ya que ese supuesto “bajo peso” o “alto” según se busque uno u otro objetivo puede haber sido logrado por métodos o estrategias nada recomendables como el uso de medicamentos favorecedores de ese fin, variaciones en la cantidad de agua del cuerpo (en ocasiones también debidos al uso de fármacos), dietas restrictivas, ayunos prolongados, estrés físico o emocional, falta de sueño reparador, etc.
- En ocasiones, ese peso buscado, el defenderlo de forma constante y casi obsesiva, aunque no repercuta de forma clara en cualquier variable física o fisiológica objetivable, puede tener como resultado el comprometer de forma clara la dimensión social del ser humano de tal forma que se ve afectado nuestro bienestar y nuestras relaciones, algo de lo que quizá en ocasiones no somos conscientes y que puede ocasionarnos problemas (aunque todo es matizable y depende mucho de cada caso)
¿Y a qué conclusión llegamos?
Pues que el PESO IDEAL es aquel que cada cual puede mantener durante un período prolongado de tiempo (años) y que aunque no se corresponda con el “canon de belleza” actualmente establecido por los medios, sea la consecuencia de un estado lo más adecuado posible de salud como bienestar biológico, psicológico y social y que por supuesto no te haga estar todo el día pendiente de la báscula.